¿Qué es un contrato de venta de automóviles “sin garantías”?

Obtén más información sobre los contratos “sin garantías” y cómo los vendedores privados o los concesionarios pueden utilizarlos al vender coches usados.

Si buscas un coche en el mercado, puede que te hayas cruzado con la expresión “sin garantías”. Estas dos sencillas palabras son habituales en los contratos de venta de automóviles y tienen implicaciones legales, por lo que es importante entender lo que significan antes de firmar en la línea de puntos.

¿Qué significa “sin garantías”?

La expresión legal “sin garantías” significa que estás comprando un automóvil —o cualquier artículo— en su estado actual en el momento de la venta. Además, significa que el automóvil se vende sin ninguna cobertura de garantía. Como comprador, aceptas que las reparaciones pueden ser necesarias ahora o en el futuro, y que el vendedor no se hace responsable de efectuar o pagar dichas reparaciones.

Por ejemplo, supongamos que encuentras un antiguo coche deportivo que quieres tener a toda costa y aceptas comprarlo tal como está. Seis meses más tarde, si es preciso sustituir el motor o falla el embrague, los costes de reparación deben salir de tu propio bolsillo, no del vendedor.

La mayoría de estos tipos de ventas se producen con vendedores privados, aunque algunos concesionarios de automóviles también pueden optar por esta forma de venta.

¿Por qué comprar un coche “sin garantías”?

Puede parecer que un contrato “sin garantías” solo sirva para liberarle al vendedor de la carga que supone cualquier reparación, pero también existen ventajas para el comprador con este tipo de contrato.

La compra de un coche usado de esta manera suele resultar mucho menos costosa que la de comprar un vehículo certificado como seminuevo que tenga una garantía. “Sin garantías” no significa necesariamente que un coche tenga muchos problemas: solo que el vendedor no está dispuesto a ofrecer ninguna garantía adicional sobre su condición actual.

Ten en cuenta que las ventas privadas pueden estar menos reguladas que las ventas que pasan por un concesionario, por lo que debes asegurarte de comprender al detalle lo que estás adquiriendo al comprar un coche “sin garantías”. Además de la diligencia debida que deberías emplear con cualquier coche usado, asegúrate de tener en cuenta los probables costes adicionales de reparación o mantenimiento al decidir si realmente estás cerrando una gran operación.

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