Explicación de la animación rubber hose: ejemplos y técnicas
La animación inkblot o rubber hose renunciaba a los detalles y la coherencia en favor de la velocidad. A pesar de las limitaciones visuales, fue capaz de definir una era gracias a su aspecto vibrante, y a su apariencia ágil y feroz. Descubre más sobre el estilo de animación rubber hose y observa su influencia en los trabajos de animación actuales.
¿Qué es la animación rubber hose?
La animación rubber hose es la característica que define los primeros dibujos animados de estilo inkblot que aparecieron a mediados de los años veinte. Como dieron el salto desde las tiras cómicas de los periódicos, presentan la identidad visual de estos, lo que se traduce en un uso intenso de tinta negra sobre un fondo blanco y unas expresiones faciales exageradas. La característica distintiva que define a estos dibujos se añadió cuando pasaron a la animación: las extremidades tipo manguera, sin articulaciones.
Otros rasgos típicos de los dibujos animados de estilo inkblot son los siguientes:
- Guantes blancos: con el único propósito de que los animadores pudieran representar el movimiento de las manos de los personajes por delante de sus cuerpos negros.
- Narices negras.
- “Ojos de tarta”: completamente negros con una pequeña porción blanca junto al borde.
La característica que mejor define este estilo de animación es el uso de brazos y piernas similares a mangueras de goma, lo que permitía remarcar el movimiento y la emoción del personaje, ya fuera humano, animal o incluso inanimado. Tanto los personajes como las máquinas se mueven de un lado a otro (normalmente, al ritmo de una banda sonora de jazz alegre) y cada movimiento deliberado se expresa en una secuencia de estiramientos y aplastamientos.
La persecución del zorro (1928), protagonizada por Oswald, el Conejo Afortunado, es uno de los ejemplos más ilustrativos. Oswald tiene problemas para mantenerse encima del caballo, por lo que realiza movimientos curvando y arqueando las piernas.
Estos movimientos surrealistas eran la máxima expresión de una forma de arte cuyos primeros creadores no terminaban de encontrar su lugar. No obstante, se recuerda con cariño al estilo, y, recientemente, se ha recreado de manera fidedigna en obras notables, como los videojuegos de Cuphead.
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Historia de la animación rubber hose
La animación dibujada a mano se convirtió en la norma en Estados Unidos durante los años veinte; sin embargo, no había aún suficientes trabajadores como para hacer frente a los rigurosos métodos de producción.
El estilo de animación rubber hose llegó en un momento en el que los animadores estaban dando pequeños pasos en un género cuya popularidad aumentaba a un ritmo mayor del de su capacidad de producir fotogramas para seguir el ritmo.
Antes de que la animación se convirtiera en una opción profesional, los dibujantes de las tiras cómicas fantaseaban con la posibilidad de dar vida a sus imágenes. A medida que se fueron adaptando a las exigencias del medio, las singulares opciones de diseño que tomaron vinieron motivadas, en parte, por el diseño y, en parte, por necesidad.
En sus fases iniciales, el estilo tenía influencias surrealistas y un enfoque bastante abstracto. Cada capítulo de la serie de cortos Fuera del tintero, de los hermanos Fleischer (entre 1921 y 1926), comenzaba con una escena donde una mano dibujaba en una página a los personajes, que, después, cobraban vida.
El estilo relativamente sencillo de los personajes representados en la animación inkblot servía para agilizar la producción. El propio Walt Disney describía el diseño de Mickey Mouse como una solución pensada principalmente para ahorrar tiempo:
“Mickey tenía que ser simple. Teníamos que producir unos doscientos metros de película cada dos semanas…”.
El estilo de animación rubber hose se le atribuye al artista Bill Nolan, mejor conocido por su trabajo en los cortos de Félix el gato y por dar nueva vida al personaje al introducir un acompañamiento musical (unos pocos años antes de que aparecieran las películas habladas, que acabaron con esta era de la animación).
Como el trabajo de los hermanos Fleischer demostró, la animación rubber hose reescribió las reglas de la realidad. La cola de Félix era una herramienta versátil que utilizaba para todo, desde para apagar incendios usándola como manguera (The Smoke Scream, 1928) hasta para arrancar el motor del coche empleándola como manivela (Woos Whoopee, también 1928).
Podría decirse que el ejemplo más famoso de una animación rubber hose es el corto de Disney de 1928 Willie y el barco de vapor, acreditado como “A Walt Disney Comic by Ub Iwerks” (Un cómic de Walt Disney por Ub Iwerks), y que, en particular, cuenta con la primera aparición de Mickey Mouse. Desde el primer plano, que muestra las chimeneas estirándose y encogiéndose echando humo al ritmo de la música, Willie y el barco de vapor otorga un movimiento dinámico y total libertad a casi todos los objetos representados.
El estilo perdió influencia cuando Hollywood se inclinó por las películas habladas y el proceso Technicolor, con Walt Disney encabezando el cambio a un enfoque más realista de los personajes que aparecían en pantalla. Esto suponía menos movimientos surrealistas como las elásticas extremidades y un enfoque centrado en la física de la vida real.
Sin embargo, la animación rubber hose sigue siendo considerada como una valiosa aportación a esta forma de arte. De hecho, algunas producciones recientes de cine, televisión o videojuegos rinden homenaje a este estilo vanguardista.
Por ejemplo, la villana de Steven Universe: la película, de 2019, está animada con el estilo rubber hose, en contraste con el entorno que la rodea. Su gran flexibilidad animada supone una ventaja física en su lucha contra los buenos. La película incluye números musicales, en los que este personaje se mueve al ritmo de una versión actualizada del estilo de jazz que caracterizaba a los dibujos animados de estilo inkblot.
Otro ejemplo lo encontramos en un episodio de la comedia estadounidense Futurama denominado “Reencarnación” (2011), que se divide en tres segmentos con diferentes estilos visuales que distan del trazado habitual del dibujo. Uno de estos segmentos sigue el estilo rubber hose por completo, con personajes de guantes blancos, ojos de tarta y el timón de un barco de vapor que reemplaza al típico panel de control de la nave espacial.
También existe un videojuego cuya identidad visual se basa por completo en el estilo inkblot y en su humor surrealista: Cuphead, del estudio MDHR (2017). Los héroes, Cuphead y Mugman, se representan, como sus nombres indican, como unas tazas de té, con un asa por oreja y una pajita por pelo. Cuphead es un juego basado en correr y disparar a un ritmo acelerado, que intercala misiones con avión y peleas contra distintos jefes, incluida la batalla final contra el Diablo. Tal es su impacto visual que el juego ha vendido más de seis millones de copias hasta la fecha y tiene una serie de animación en Netflix.
Cómo dibujar y animar usando el estilo rubber hose
Como dijo Walt Disney, la eficacia era crucial a la hora de animar dibujos de estilo inkblot. Esto suponía crear personajes con formas simples y extremidades kilométricas.
A la hora de crear personajes de animación de estilo rubber hose, sigue estos consejos.
- Trabajando solo en blanco y negro conseguirías un efecto similar al de los dibujos en su fase inicial, pero también puedes usar una paleta de colores limitada para aportar cierto estilo visual a los elementos más grandes, similar al de Cuphead.
- Utiliza formas simples para los personajes y añade un par de guantes blancos junto con la expresión de ojos de tarta a cada uno.
- Haz trazados suaves y delicados para evitar los ángulos; el aspecto esférico de los objetos en los dibujos inkblot es lo que les da esa sensibilidad extraordinaria.
Lejos de las estilizadas animaciones producidas en masa que llegaron después, el aspecto retro es producto de los primeros pasos de los animadores en un medio relativamente nuevo.
Así que, si quieres animar un dibujo estilo rubber hose, ten en cuenta lo siguiente.
- Incluso cuando están parados, los personajes deberían moverse de alguna forma, ya sea balanceándose al ritmo de la música de fondo o cambiando de expresiones faciales: en el mundo rubber hose nada se detiene.
- De igual forma, los personajes de animación rubber hose no frenan en ningún caso. Es una secuencia tras otra, todas plagadas de movimientos rápidos y frenéticos, por lo que no hay pausas entre fotogramas.
- Plasma el efecto antiguo del polvo y los rayones de la animación, algo característico del cine de la década de 1930, con un software de efectos, como Adobe Premiere Pro.
Preguntas frecuentes sobre la animación rubber hose
¿Quién inventó el estilo rubber hose?
Uno de los primeros pioneros del estilo de animación rubber hose fue Bill Nolan. Cuando trabajaba en los dibujos animados de Félix el gato durante los años veinte, modificó el diseño del protagonista, dando a Félix un aspecto más redondeado y suave. Esto no solo ayudó a los animadores a hacer sus diseños a mayor velocidad, sino que también supuso la incorporación del aspecto de las extremidades como mangueras, que dio un importante impulso al estilo.
¿Por qué la animación rubber hose resulta siniestra?
Antes de que Walt Disney presentara un estilo de animación más realista, a cargo de animadores bien formados, la era inkblot fue una fase creativa y experimental donde los creadores aún estaban descubriendo cómo funcionaba realmente el medio. En conjunto, las extremidades infinitamente elásticas, los objetos antropomórficos y el constante tono de urgencia creaba esa apariencia antinatural inconfundible, por no hablar del humor negro que a veces empleaban los creadores.
¿Por qué se le llama rubber hose?
El rasgo que define a los personajes representados en la animación rubber hose (literalmente, animación de manguera de goma), a parte de los ojos de tarta y los guantes blancos, es cómo sus brazos, piernas y cuellos pueden doblarse, estirarse y flexionarse sin problema, independientemente de la anatomía o las leyes de la física. Aunque en los orígenes se creara así para ahorra tiempo, se convirtió en el sello distintivo de los dibujos animados producidos en Estados Unidos en la década de 1920 y principios de 1930.