Guía para dominar el ISO, el tamaño de la apertura y la velocidad del obturador.
Los tres pilares de exposición son el ISO, el tamaño de la apertura y la velocidad del obturador. Aprende a utilizar la configuración manual de tu cámara para conseguir la mejor imagen posible.
Las cámaras digitales actuales incorporan modos automáticos sofisticados que se pueden utilizar en distintos escenarios. Aunque este modo es ideal para hacer buenas fotos desde el principio, aprender a controlar la exposición manualmente te abrirá la puerta a un abanico de oportunidades creativas que los ajustes automáticos no logran abarcar.
Si aún no te atreves a utilizar solo el modo manual, muchas cámaras de última generación incluyen modos de prioridad de apertura y obturación. Con estos modos semiautomáticos, puedes controlar manualmente la apertura o el obturador, mientras que la cámara se encarga de seleccionar la configuración adecuada para el otro ajuste.
Configuración del valor ISO.
En origen, el ISO, iniciales en inglés de la Organización Internacional de Normalización, hacía referencia a la capacidad de captar la luz que tenía una película fotográfica. En el ámbito de la fotografía digital, el ISO es la ganancia de señal que tiene el sensor de la cámara o su nivel de sensibilidad a la luz. Si para hace una foto se requiere una baja profundidad de campo superficial y una apertura amplia junto con una velocidad de obturación alta, puede que sea necesario ajustar el valor ISO.
Tamaño de la apertura.
Al igual que la pupila de un ojo humano, la apertura de una cámara se ajusta para controlar la cantidad de luz que entra en ella. Una apertura amplia permite que pase más luz y hace que disminuya la profundidad del campo, es decir, el espacio en el que los objetos quedarán enfocados. Por el contrario, una apertura más pequeña da lugar a una profundidad de campo mayor.
Velocidad del obturador.
Para evitar que la imagen se desenfoque, la velocidad del obturador de la cámara debe coincidir con la velocidad de lo que se va a fotografiar. En la mayoría de las modalidades de fotografía deportiva, por ejemplo, se opta por una velocidad de obturación alta (a menudo de 1/500 o más).
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