Hay un gran número de formas de crear un modelo 3D o toda una escena. Algunas aplicaciones de esculpido te permiten crear polígonos y darles forma, para formar en última instancia un activo 3D. Por ejemplo, este tipo de modelado pudiera ajustarse en particular a la creación de activos orgánicos —como plantas o personas—, ya que se adaptan a la perfección a una interpretación artística de formas bastante irregulares.
Existen alternativas a este enfoque. Otras herramientas de modelado se centran en la creación de bordes y superficies, en lugar de polígonos, en un espacio tridimensional. La creación de activos 3D de esta forma permite una gran precisión matemática, por lo que dichas herramientas a menudo se emplean en el diseño industrial o en el modelado del diseño asistido por ordenador (CAD por su siglas en inglés).
También pudiera optarse por “escanear” un objeto real existente con una herramienta especializada: los datos capturados en el escaneado te permitirán recrear el objeto en un espacio 3D. Asimismo, puede ser preferible decidirte por la generación por procedimientos, en la que tu software se encarga de esculpirte un modelo según un conjunto de reglas matemáticas establecidas con anterioridad.
No obstante, creas tu propio modelo 3D y el paso siguiente es la texturización.