Existe cierto debate sobre cuál fue el primer juego real en 3D. Algunos pudieran concederle el título al Battlezone de 1980, que usaba gráficos vectoriales de diagramas funcionales para representar los tanques en 3D, aunque los propios tanques solo podían moverse en dos dimensiones. Otros pudieran darle este título al Quake de 1996, que puede decirse que fue el primer juego en presentar niveles compuestos de superposición de salas, lo que realmente le daba al jugador la posibilidad de moverse a través de un espacio tridimensional. No obstante, hay tantos candidatos como definiciones del verdadero 3D, por lo que la discusión continúa...
¡Cómo cambiaron los tiempos!
Actualmente, los juegos incorporan mundos 3D cada vez más vastos y complejos. Los jugadores pueden moverse por espacios urbanos o incluso por planetas enteros, con tanta fluidez como si fueran un mundo físico y real. Los entornos son envolventes e impresionantes. Los juegos se aprecian no solo por su jugabilidad o mecánica atractiva sino también por su extrema belleza.
Además, los personajes que pueblan esos juegos son más profundos y creíbles que nunca antes. Se necesita un enorme esfuerzo para escribir personajes con una motivación y un desarrollo plausibles. No obstante, al igual que ocurre en la vida real, la apariencia de un personaje también transmite una gran cantidad de detalles: la expresión de su rostro, el estilo y el corte de su ropa, la suavidad o la aspereza de su piel, la nitidez o lo inmaculado de su atuendo, o si este se encuentra raído y desgastado. Los personajes de los juegos actuales tienen tal grado de detalle y belleza como el mundo que habitan.
El ensamblaje de estos elementos visuales hace que los juegos 3D sean experiencias emotivas, casi cinematográficas. Los juegos actuales aún no tienen tantos detalles como el mundo real, pero no están tan lejos.
Este moderno nivel de detalle y complejidad visual en los juegos 3D es en gran medida la consecuencia de la habilidad y el compromiso de los artistas visuales que trabajan en el sector en la actualidad. Sin embargo, otro componente vital para la calidad visual de los juegos hoy en día radica en la sofisticación cada vez mayor de las herramientas de software que se emplean para crear estos juegos.
Ahí es donde entra en escena Adobe;