Guía básica de contratos: tipos habituales de cláusulas.
Obtén más información sobre las cláusulas estándar de un contrato, lo que significan y cuándo pueden surgir en el desarrollo de tu actividad.
Un contrato laboral es un acuerdo jurídicamente vinculante que define la relación laboral entre dos o más partes, incluidas sus funciones, responsabilidades, compensación, beneficios y otros aspectos de la relación. Tanto si se trata de un empleado que firma un contrato de trabajo como el propietario de una empresa que establece una relación comercial con otros propietarios de empresas — por citar solo algunos ejemplos — resulta útil comprender algunas de las cláusulas legales estándar para evitar malentendidos en el futuro.
Tipos de cláusulas de un contrato.
Estas son algunas de las cláusulas habituales que pueden ser aplicables dentro de tu empresa:
- No concurrencia: por lo general, suele encontrarse en los contratos laborales e impide que un empleado trabaje para un competidor, normalmente durante un periodo de tiempo determinado después de que finalice el empleo.
- No revelación: un acuerdo de no revelación evita que la información confidencial se comparta en círculos externos a las partes involucradas.
- Momento de realización: en cuestiones en las que cuenta el factor tiempo, esta cláusula indica cuándo pueden o no ejecutarse las obligaciones contractuales.
- Arbitraje: esta cláusula se refiere a las disputas que surjan dentro de la empresa. Si surge una disputa, se acuerda en primer lugar intentar resolver el problema con una tercera persona (árbitro) en lugar de recurrir a un procedimiento judicial.
- Divisibilidad: se trata de una cláusula única que se refiere a otras cláusulas. Si otra cláusula no es válida, esta cláusula establece que el resto del contrato sigue siendo válido, lo que elimina la necesidad de elaborar y firmar uno nuevo.
- Prescripción: si tú u otras partes incumplís un contrato, esta cláusula establece un plazo máximo para presentar una demanda.
Las cláusulas son solo un elemento de los contratos estándar. Existen elementos esenciales adicionales que deberías incluir siempre al redactar un contrato. Estos incluyen información básica (denominaciones jurídicas/nombres comerciales), derechos y responsabilidades, fechas y firmas de todas las partes.
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