Tipos de texto: los más importantes y cómo identificarlos
#F5F5F5
Los textos que usamos a diario cumplen funciones muy distintas: informar, narrar, persuadir, entretener... Por eso, clasificarlos por su propósito, estilo y estructura nos ayuda a entenderlos y crearlos mejor.
En esta guía descubrirás qué tipos de texto existen, cómo identificarlos y cuándo usar cada uno según tu objetivo comunicativo.
¿Qué tipos de texto existen? Un resumen
Aunque el concepto de “texto” parece simple, existen múltiples tipos que varían según su propósito, características y público objetivo. En este artículo te explicamos en detalle los tipos de texto más comunes:
Clasificación de los tipos de texto y sus características?
Existen muchos tipos de texto y cada uno cumple una función específica. Para comprenderlos mejor, es útil clasificarlos según distintos criterios que permiten diferenciarlos con claridad. Pero ¿qué criterios permiten diferenciar los tipos de texto?
Los textos pueden distinguirse entre sí atendiendo a varios aspectos clave:
- Su propósito o intención comunicativa: informar, argumentar, entretener, describir, persuadir o instruir.
- Su estructura interna: por ejemplo, si presenta introducción, desarrollo y conclusión como un texto académico, o si sigue una secuencia narrativa como una novela.
- Su estilo y lenguaje: técnico, literario, formal, coloquial, directo, metafórico…
- Su contexto de uso: textos legales, académicos, periodísticos, publicitarios, digitales, entre otros.
Estos criterios no solo permiten clasificar los textos, sino también comprender cómo se construyen y cuál es su objetivo principal. A continuación, presentamos los tipos de texto más comunes con sus principales características.
Texto expositivo
Este tipo de texto presenta información de forma clara y objetiva, sin emitir juicios de valor. Su propósito es explicar o informar sobre un tema. Suele organizarse de forma lógica y estructurada, con ejemplos o datos que facilitan la comprensión. Es común en contextos educativos o divulgativos donde se requiere transmitir conocimientos sin influencias subjetivas.
Ejemplos: artículo enciclopédico, entrada de diccionario, manual escolar.
Texto científico
Este desarrolla conocimientos a partir de la investigación, utilizando lenguaje técnico, datos verificables y estructura rigurosa. Está orientado a una audiencia especializada y se caracteriza por su precisión, coherencia lógica y fundamentación teórica. Se utiliza en disciplinas como la biología, la física, la medicina o las ciencias sociales para comunicar hallazgos o teorías.
Ejemplos: informe de laboratorio, artículo académico, tesis doctoral.
Texto descriptivo
Este texto detalla características de objetos, personas, lugares o fenómenos. Puede tener un enfoque informativo o literario. Utiliza adjetivos, comparaciones y recursos sensoriales para facilitar la comprensión.
Ejemplos: ficha de museo, retrato en una novela, reseña de producto.
Texto argumentativo
Texto que busca convencer al lector mediante razones, pruebas y contraargumentos. Defiende una postura o idea. Incluye tesis, argumentos y conclusiones, y puede usar recursos como estadísticas o citas de autoridad.
Ejemplos: columna de opinión, ensayo crítico, editorial de prensa.
Texto narrativo
El texto narrativo relata una secuencia de hechos con estructura temporal (inicio, nudo y desenlace). Puede ser real o ficticio. Suele contar con personajes, espacio, tiempo y conflicto.
Ejemplos: cuento, novela, crónica periodística.
Texto literario
Tipo de texto que se enfoca en la estética del lenguaje y la expresión artística. Utiliza recursos retóricos y creativos. Busca provocar una experiencia estética en el lector a través de metáforas, ritmo o simbolismo.
Ejemplos: poema, obra de teatro, relato fantástico.
Texto publicitario
Estos son los textos que intentan persuadir al lector para que compre un producto, servicio o idea. Usan lenguaje atractivo y emocional. Apelan a los deseos y aspiraciones del público mediante eslóganes e imágenes impactantes.
Ejemplos: anuncio de revista, banner web, eslogan publicitario.
Texto instructivo
Tipo que indica cómo realizar una acción mediante pasos claros y ordenados. Está diseñado para guiar al lector, por lo general con lenguaje imperativo y diagramas.
Ejemplos: receta de cocina, tutorial de montaje, guía de usuario.
Texto histórico
Textos que documentan y analizan hechos del pasado, ya sea desde una visión objetiva o narrativa. Puede describir acontecimientos, biografías o procesos sociales, sustentado en fuentes primarias y secundarias.
Ejemplos: biografía, carta histórica, libro de historia.
Texto jurídico
El texto jurídico establece normas legales y derechos. Emplea lenguaje formal y específico del ámbito del derecho. Tiene valor normativo y busca regular conductas o resolver conflictos.
Ejemplos: contrato, sentencia judicial, artículo constitucional.
Texto digital
Texto creado para ser leído en medios electrónicos. Suelen ser dinámicos, interactivos y breves. Incorpora elementos multimedia y está pensado para captar la atención rápidamente.
Ejemplos: blog post, newsletter, anuncio en redes sociales.
Texto periodístico
Texto que informa sobre hechos actuales y relevantes para la sociedad. Puede ser objetivo o interpretativo. Su función es mantener informada a la ciudadanía, usando diversos géneros informativos o de opinión.
Ejemplos: noticia, reportaje, entrevista.
Texto administrativo
Textos que facilitan la comunicación formal entre instituciones. Los textos administrativos tienen un formato estructurado y lenguaje técnico. Suelen seguir modelos preestablecidos y son clave en la gestión documental.
Ejemplos: carta de solicitud, informe interno, circular.
Como ves, cada tipo de texto cumple un propósito específico y responde a distintas necesidades comunicativas. Reconocer sus diferencias no solo te permite comprender mejor lo que lees, sino también expresarte de forma más clara y efectiva.
Estos textos están presentes en todos los ámbitos, desde lo académico hasta lo cotidiano. En el contexto académico, por ejemplo, trabajarás con frecuencia tanto con fuentes primarias (como investigaciones originales) como con fuentes secundarias, entre las que destacan los textos de no ficción. Dependiendo de tu área de estudio, recurrirás a textos científicos, literarios o periodísticos. Pero en tu vida diaria también te encontrarás con una gran variedad de textos funcionales: desde cartas y formularios, hasta periódicos o instrucciones para ensamblar un mueble.
Una de las diferencias más fundamentales que debes conocer es la que distingue entre textos de ficción y textos de no ficción. Esta distinción afecta no solo al contenido, sino también al lenguaje, la intención y la forma en que se construyen y reciben los textos. A continuación, te explicamos cómo identificarlos y qué los caracteriza.
Textos de ficción vs. textos de no ficción
Una de las divisiones más fundamentales a la hora de clasificar un texto es su relación con la realidad. Esta distinción da lugar a dos grandes categorías: textos de ficción, basados en la imaginación, y textos de no ficción, basados en hechos verificables. Entender esta diferencia es clave para interpretar correctamente lo que leemos y para elegir el enfoque adecuado al escribir.
Textos de ficción: mundos imaginarios y lenguaje expresivo
Los textos de ficción se caracterizan por crear situaciones, personajes y escenarios que no responden necesariamente a hechos reales. Aunque pueden inspirarse en la realidad, su objetivo principal es entretener, emocionar o expresar ideas desde la creatividad. La verosimilitud puede estar presente, pero no está sujeta a comprobación.
Ejemplos comunes: novelas, cuentos, leyendas, guiones de cine, obras de teatro, poesía.
Este tipo de texto está estrechamente vinculado a la literatura y a la subjetividad del autor, quien puede utilizar recursos como la metáfora, la narración ficcional o la construcción simbólica para desarrollar su obra.
Textos de no ficción: hechos, datos y análisis
A diferencia de la ficción, los textos de no ficción se centran en transmitir información basada en hechos reales. Buscan documentar, explicar, analizar o argumentar con precisión, y suelen hacerlo con base en datos, observaciones o experiencias comprobables.
Ejemplos comunes: artículos científicos, biografías, noticias, ensayos, reportajes, disertaciones.
En general, adoptan un lenguaje formal y directo, y responden a estructuras claras. Este tipo de texto es fundamental como fuente secundaria en el ámbito académico.
¿Y los textos periodísticos?
Los textos periodísticos ocupan un lugar intermedio. Aunque su función principal es informar sobre hechos reales, algunos géneros como la crónica o el reportaje interpretativo incorporan recursos narrativos propios de la literatura. Por eso, pueden incluir rasgos de ambos mundos: la fidelidad a la realidad y la expresividad narrativa.
Reconocer si un texto es de ficción o no ficción te ayuda a comprender su intención comunicativa, su nivel de objetividad y el tipo de lectura crítica que requiere. Además, esta diferencia es esencial para saber cómo utilizarlo como fuente en trabajos académicos, especialmente al distinguir entre fuentes primarias y secundarias.
¿Cuál es la diferencia entre la tipología de texto y el género textual?
Aunque suelen confundirse, la tipología textual y el género textual no son lo mismo. La diferencia radica en el nivel de generalidad y en los elementos que definen cada categoría.
La tipología textual hace referencia a la intención comunicativa del texto: es decir, su función principal. Un texto puede tener como propósito narrar, describir, persuadir, informar o instruir. A partir de estos propósitos, se identifican las siguientes tipologías:
- Textos informativos: reportajes, noticias, textos de no ficción.
- Textos argumentativos: ensayos, comentarios, críticas.
- Textos narrativos: cuentos, novelas, relatos.
- Textos descriptivos: retratos, guías de viaje, descripciones de espacios.
- Textos expositivos: resúmenes escolares, artículos legislativos, tesis doctorales.
El género textual, en cambio, se refiere a la forma específica que adopta un texto dentro de un contexto determinado. Incluye elementos como la estructura, el estilo, el registro lingüístico y el tipo de contenido. Un mismo tipo de texto puede expresarse a través de distintos géneros.
- Literario
- Periodístico
- Académico
- Administrativo y legal
- Publicitario
En resumen, la tipología textual define lo que hace un texto, mientras que el género textual define cómo lo hace y en qué contexto. Un mismo texto puede tener una tipología argumentativa y pertenecer al género académico, periodístico o incluso literario.
Cómo identificar correctamente un tipo de texto
Para identificar correctamente el tipo, el género o incluso el subgénero de un texto, conviene observar una serie de criterios internos y externos. Estos elementos nos permiten analizar su estructura, estilo y contexto de uso. A continuación, te explicamos cómo aplicarlos.
Criterios internos del texto
Los criterios internos del texto se refieren a las características presentes directamente en el texto. Proporcionan pistas sobre su estructura y los elementos lingüísticos y de contenido utilizados. Entre los criterios internos del texto se incluyen:
- Estructura textual: organización del texto en introducción, desarrollo, conclusión, capítulos o apartados.
- Contenido: temas tratados (científicos, personales, históricos, etc.).
- Estilo lingüístico: tipo de lenguaje empleado (formal, literario, técnico, coloquial).
- Recursos estilísticos: uso de metáforas, tecnicismos, ironía, entre otros elementos retóricos.
Criterios externos del texto
Son factores relacionados con el entorno de producción, difusión o recepción del texto. Aunque no aparecen directamente en él, influyen en su interpretación.
- Propósito comunicativo: objetivo con el que fue escrito (informar, persuadir, entretener, instruir).
- Público objetivo: tipo de lector al que se dirige (especializado, general, infantil, académico).
- Soporte o canal: medio de publicación o circulación (impreso, digital, oral).