Mi historia navideña.

“Cuando pienso en las navidades, pienso en volver de Berlín para ver a mi familia en el País Vasco. Nos reunimos todos en la pequeña plaza del pueblo, que está llena de bares y cafeterías. Los niños se ponen a cantar bajo los balcones y la gente les tira dinero desde arriba. Es un sitio con mucho ambiente en el que sé que puedo ponerme al día con mis amigos. Aunque a día de hoy vivan en otros países, durante las fiestas van a estar todos en la plaza”.

“Siempre nos reunimos toda la familia en casa de mi abuela, en Lille. Pasar por la puerta de su casa era como entrar en un mundo de fantasía. Siempre tuvo gatos, al igual que el resto de la familia. ¡La gente incluso decía que parecíamos gatos! Jugábamos en la nieve, chicos contra chicas: mi madre, mis tías y mi abuela contra mi padre, mi tío, mi primo y yo. Y el premio para los ganadores eran bastones de caramelo. Mi abuela siempre nos daba muchos dulces, pero en las navidades era algo más especial: siempre nos daba bastones de caramelo. Siguen siendo mis caramelos favoritos”

“Tenemos festejos tanto a finales de año (Dongzhi) como a principios del año nuevo (Año Nuevo Lunar). Mi familia se reúne en casa de mis abuelos para celebrar ambas fiestas con una comida. Nuestras celebraciones están llenas de tradiciones muy divertidas, como hacer tangyuan (bolas de arroz), jugar al mahjong durante toda la noche y ver a los artistas bailar como si fueran dragones y leones. (boSon unas fiestas muy especiales”.

“Los familiares y amigos nos reunimos para ver los fuegos artificiales después de un año difícil. Paramos lo que sea que estemos haciendo para sentarnos todos juntos. Recorremos las calles de la pequeña ciudad de Egipto en la que vivimos y disfrutamos de las vistas. Por toda la ciudad suena música a todo volumen. Y allí nos quedamos hasta que amanece un nuevo día. Después de haber pasado la noche con mis seres queridos, es como si empezase el nuevo año más feliz y con más energía”.

“Todos los años, mis amigos y yo nos reunimos para pasar una tarde de repostería, baile y comida. El grupo es bastante diverso. Somos de distintos países, así que cada uno puede preparar un postre tradicional de su país para compartirlo. Ahora tenemos hijos, así que ellos también preparan sus propios postres de una forma más sencilla. Escuchamos música, nos ponemos al día y devoramos los riquísimos postres navideños”.

“Para mí, lo importante de la Navidad son las reuniones familiares, de las que tengo muy buenos recuerdos. Son escenas que siempre se han repetido de la misma forma desde que tengo memoria: estar con mi familia por parte de madre en casa de mi tío, en un salón lleno de gente, con la chimenea encendida, cantando, jugando al bingo y disfrutando de la riquísima comida casera y bebiendo vino. nEs momento de celebración”.