Reglas básicas de la composición fotográfica.
Capta la atención de un espectador con técnicas de composición probadas que te muestran dónde colocar el motivo principal de tu foto.
¿En qué consiste la composición fotográfica?
La composición fotográfica es el modo en que un fotógrafo dispone los elementos visuales en su encuadre. “Es una gratificante organización de objetos dentro de tu rectángulo”, afirma el fotógrafo Adam Long. Poner motivos o escenas dentro de ese espacio puede sonar a tarea fácil, pero es todo menos eso. La composición de tus fotos a menudo puede resultar difícil y siempre es importante. “Todo puede parecer perfecto: la iluminación, la ubicación, el vestuario, el estilo, cualquier cosa —asegura la fotógrafa Grace Rivera—. Sin embargo, si la composición está fuera de lugar, se rompe la baraja”.
Reglas de la composición.
La composición de una buena foto va más allá del simple enfoque del tema principal. A continuación te ofrecemos las técnicas de composición más comunes para los fotógrafos que desean crear una instantánea de interés visual.
- Usa la reglas de los tercios.
La regla de los tercios es una forma de dividir los encuadres para obtener una composición óptima. Conlleva la división uniforme del encuadre entre dos cuadrículas horizontales y verticales con el mismo espacio para crear una cuadrícula de tres por tres. Para crear el equilibrio y el flujo dentro de la imagen, los elementos compositivos deberían colocarse en el lugar donde estas líneas de la cuadrícula se intersecan o segmentan la imagen. Así se tiende a lograr imágenes más interesantes que con el simple centrado de un motivo. “Deseas dirigir la vista en torno a esa imagen y encontrar las cosas en ese trío”, afirma Long. Una foto con un elemento interesante en solo una sección probablemente no tendrá tanto éxito como una foto que resulte interesante de arriba abajo y de lado a lado.
El equilibro se relaciona con la simetría, pero es distinto de ella. Una imagen equilibrada no se ve necesariamente igual de derecha a izquierda o de lado a lado. Al contrario, los diversos cuadrantes de la imagen se complementan entre sí en formas estéticamente agradables. El ojo del espectador probablemente examinará la imagen, buscando un punto de interés y algo más en el diálogo con ese punto: un motivo obvio podría equilibrarse en el otro lado de la imagen mediante un espacio negativo. “Si tienes una foto realmente complicada con muchas cosas por encuadrar, puede llevarnos a responder trazando paralelismos —asegura Long—, lo que puede resultar un poco estimulante, confuso y fastidioso en el buen sentido”.
Los colores subidos o vivos a menudo exigen atención, y llevan a la perturbación o a la complicación. “La saturación de ciertos tonos realmente van a llamar la atención”, confirma Long—. Si quiero algo que aporte una carga más visual, aumentar su saturación o su luminancia puede resultar útil”.
Las fotos desequilibradas pueden desorientar o parecer de aficionados. “Cuando una fotografía está desequilibrada, crea inquietud —comenta Long—. La mayoría de las veces nos agrada una sensación de fluidez en la imagen”. Las cosas de la izquierda se corresponden con las de la derecha, y quizás rodeen a algo en el centro. Al igual que ocurre con disfrutar del sentido de la estética o una buena intuición con las imágenes, el reconocimiento del equilibrio se consigue con la práctica. “El equilibrio no es algo que puedas enseñarle a la gente —afirma Long—. Realmente lo percibes cuando miras las cosas”. Cuanto más trabajes, más familiarizado estarás con el modo en que los elementos de una imagen funcionan en conjunto.
La fotografía aplana las tres dimensiones en dos. Para conservar el sentido del espacio y la dimensionalidad, un fotógrafo tiene que ser consciente de lo que hay en una foto y del modo en que se enfoca.
Las líneas principales son elementos visuales que dirigen la atención del espectador hacia un tema o punto focal. Pueden ser cualquier motivo: carreteras que continúan en la distancia, un brazo estirado que señala a alguna otra cosa, ramas de árboles que se elevan en dirección a la luna, etc.; en definitiva, cualquier cosa que dirija la atención hacia otra cosa distinta. Estas líneas pueden darle a superficies planas la apariencia de profundidad, dimensión y forma.
El enfoque y la profundidad de campo también se suman a la ilusión de una tercera dimensión dentro de la foto. Una profundidad de campo baja puede darle al espectador la impresión de que el enfoque se centra en algo que está inmediatamente en frente, por lo que ofrece apariencia de profundidad y escala, incluso en una foto plana.
- Encuentra el punto de vista adecuado.
Si quieres jugar con la composición, mantente activo. El simple cambio de la perspectiva puede conllevar diferencias entre una gran foto y una convencional. ”Todo lo que estamos haciendo es decidirnos por excluir o incluir cosas”, asegura Long.
Juega con el espaciado y la distancia de tu motivo. “Me mantengo muy activa —afirma Rivera—. “Le doy vueltas y vueltas, por arriba o por abajo. Veo cómo queda si me sitúo por debajo de mi motivo o si me muevo de lado a lado”. Acércate, aléjate y muévete para encontrar el modo en que deseas encuadrar el motivo.
Finalmente, cuando compongas una foto, recuerda el fin último para el que se va a usar la imagen. “Podría haber texto que aparezca sobre la imagen o podría ser la portada de una revista”, comenta Rivera. Deja espacio para estos elementos adicionales potenciales cuando alinees la foto e intenta conceptualizarlos mientras miras a través del visor.
- Mejora la composición con recortes de posproducción.
Si la composición de la foto no se ajusta a lo esperado, a menudo es posible mejorarla en posproducción con un recorte rápido. Una foto puede no encuadrar el motivo de una forma óptima. No obstante, al mover el límite del encuadre, a menudo se puede encontrar una buena imagen dentro de otra mediocre.
Cuando trabajes con imágenes antiguas, prueba a mirarlas desde un ángulo o una perspectiva diferentes. “Juega con la rotación de la imagen—afirma Rivera—. Cuando hagas recortes, puedes rotarla, invertir la imagen o ponerla del revés y quizás ver algo más”.
Obtén la composición correcta.
Precisas hacer algo más que simplemente seguir las reglas de composición para disparar mejores fotos. Es posible seguir aspectos como la norma de los tercios sin pretenderlo o usarla a propósito. Entiende que los elementos de composición no son como algoritmos o fórmulas: ayudan como guía para las habilidades de toma de decisiones del fotógrafo, pero no las sustituyen. “Las líneas principales son una gran ayuda, pero tienen que dirigirme al motivo y no dirigirme hacia ninguna parte”, afirma Long.
Las reglas de la composición fotográfica son la base. Tras haber interiorizado los fundamentos de lo que encierra una buena imagen, puedes romper las reglas. “Una vez que domines las reglas básicas, puedes experimentar —concluye Rivera—. No hay reglas establecidas sobre cómo deberías disparar a cualquier motivo. Ahí reside la belleza de ser artista. Puedes establecer tus propias reglas y tu propia imaginería”.
Los buenos fotógrafos tienen una visión especial para los motivos y las escenas. La composición es una herramienta que pueden usar para ayudarles a los demás a ver lo que ellos ven. Recopilan elementos de un mundo muy amplio y, con sus equipos y destreza, los organizan de un modo placentero dentro de un rectángulo. Esto es cierto para cualquier tipo de fotografía, ya se trate de fotografía de retratos en una escala humana, fotografía paisajística a gran escala o macrofotografía de mundos pequeños.
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