El teletrabajador es aquel que traslada su puesto de trabajo fuera de la oficina o el lugar habitual donde suele desarrollarse. Para hacerlo, emplea las Tecnologías de la Información y la Comunicación (un ordenador e Internet, principalmente), con las que puede seguir en contacto con sus compañeros pese a no compartir espacio físico.
La pandemia impulsó el teletrabajo en España, aumentando en un 74,2 % en solo un año. Son ya casi los tres millones de españoles que trabajan a distancia, una práctica que ofrece flexibilidad, que ayuda a que las pequeñas empresas reduzcan costes y de la que ya no solo se benefician los autónomos y los emprendedores.
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La RAE define el teletrabajo como aquel “trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas”. El prefijo “tele-”, que proviene del griego τηλε (tele = lejos), ya nos anuncia de que se trata de un trabajo a distancia, de modo remoto, desde lejos.
Este trabajo puede realizarse en casa, pero no exclusivamente. Los que optan por este modelo de trabajo, obligatoria o voluntariamente, también pueden desarrollarlo en otro lugar como una biblioteca, una cafetería, un parque o un avión siempre y cuando se dispongan de las herramientas y recursos necesarios para cumplir los objetivos.
En líneas generales, el teletrabajo se realiza mediante las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), por lo que suele ser necesario tener a mano un ordenador (o cualquier dispositivo similar como una tablet), así como tener acceso a Internet, que nos permite estar comunicados con nuestros compañeros de trabajo y nuestros clientes.
Las responsabilidades que tengamos en nuestro teletrabajo dependerá ampliamente de cuál sea nuestro trabajo. No suelen distar de las que se tenían cuando lo hacíamos desde la oficina, ni tampoco de las que estaríamos realizando en caso de trabajar desde las instalaciones de una empresa.
Hay cosas que sí cambian lógicamente para un teletrabajador. Por ejemplo, la comunicación pasa a ser prácticamente toda telemática, por lo que el uso de programas de videoconferencias y las llamadas son mucho más habituales que las reuniones en persona. También debe acostumbrarse a usar servicios en la nube.
Trabajar desde casa tiene sus inconvenientes, pues puede resultar más fácil distraerse y perder la motivación precisamente por no tener la presión del jefe tan encima. Es importante saberse gestionar el tiempo y utilizar las horas de trabajo de manera productiva. El teletrabajo, eso sí, también nos permite ser más flexibles.
¿Qué tipos de trabajos pueden hacerse remotamente?
Si algo ha demostrado la pandemia, es que muchos de nosotros podemos trabajar desde casa perfectamente sin que esto afecte negativamente a nuestra productividad y a nuestros resultados. Sin embargo, durante los confinamientos también hemos aprendido que hay algunos trabajos que, simplemente, deben hacerse desde el puesto habitual.
Basta con pensar en el personal sanitario. Si bien es cierto que algunas consultas pueden realizarse por teléfono, no es lo ideal. Otras intervenciones, además, no hay otra forma de hacerlas que en persona. Todavía no se ha inventado el robot que pueda operarnos en casa mientras el cirujano o la cirujana mueve las teclas desde su sofá.
El sector de la salud no es el único incompatible con el teletrabajo, pues también lo son todos esos empleos que implican la manipulación de las manos. Pensamos, por ejemplo, en el sector de la construcción, la manufacturación de muebles, dispositivos electrónicos o cualquier otro producto, así como el del sector de los alimentos y el de los transportes.
Los artistas son un grupo intermedio. Las artes escénicas no pueden hacerse de la misma manera (ni transmitir lo mismo) desde el salón de casa de cada uno, transmitiéndolo en streaming en directo o en diferido. En cambio, los pintores, escritores y escultores ya solían trabajar desde su casa antes de que esto fuera una obligación.
En cambio, hay muchos otros profesionales que sí que pueden acogerse a esta modalidad de trabajo. En definitiva, lo podrán hacer todos los que solo necesiten un ordenador y conexión a Internet, como los periodistas, los traductores, los profesores de idiomas, los consultores, los contables, los directores de proyectos, los programadores…
El teletrabajo también está pensado para los que utilizan el teléfono para trabajar. Los teleoperadores pueden ser igualmente productivos desde casa, como también cualquiera que trabaje en el sector de atención al cliente o de ventas. En este grupo, también incluimos los seleccionadores de personal.
1. No hay que desplazarse
Trabajar desde casa significa, literalmente, trabajar desde casa. Así, no hay que levantarse temprano ni invertir gran parte de nuestro día yendo o viniendo de la oficina.
2. Reducción de costes
No tener que desplazarse tiene otra consecuencia más allá de ahorrar en tiempo. Ahorrarás también dinero, pues no tendrás que gastarte dinero en gasolina o en billetes de tren. La empresa, por otro lado, también reducirá costes en infraestructura.
3. Mayor flexibilidad de horarios
El teletrabajo suele implicar también una adaptación del horario de trabajo en función de las necesidades personales de cada trabajador. Eso significa que puedas parar tu jornada para atender un imprevisto y recuperarlo más tarde.
4. Mejor conciliación de la vida laboral y la personal
No tener que perder el tiempo en desplazarse y esa mayor flexibilidad de horarios también significa que podrás equilibrar tu trabajo con tu vida en familia.
5. Mejor gestión del tiempo
Una de las ventajas del teletrabajo es precisamente poder gestionar el tiempo de manera más eficiente y aprovechar las primeras horas en las que estás más productivo.
6. Menos absentismo laboral
Ofrecer una mayor flexibilidad de horarios y una mayor conciliación con la vida familiar hace que no se produzcan tantas ausencias en el puesto de trabajo, algo de lo que toda empresa podría beneficiarse.
7. Sensación de confianza y libertad
Darle esa libertad al empleado para que pueda trabajar desde casa sin la vigilancia del jefe es decirle, con otras palabras, que confías en su profesionalidad. Y eso siempre tendrá consecuencias positivas en su rendimiento.
8. Mayor satisfacción laboral
En un ambiente donde reina la confianza, los empleados estarán más motivados y comprometidos con la empresa que nunca, lo que mejorará también sus resultados.
9. Mejor talento y mayor diversidad
Abrir las puertas al teletrabajo abre las puertas también a muchos profesionales que, de requerir presencialidad, no podrían trabajar para esa empresa. Eso incluye tanto a trabajadores internacionales como con algún tipo de problema de movilidad.
10. Adiós a las organizaciones jerárquicas
El teletrabajo crea un ambiente mucho más relajado, en el que incluso pueden terminarse con las estructuras rígidas y jerárquicas de la empresa. En una videoconferencia, por ejemplo, todos los participantes suelen estar al mismo nivel de importancia.
1. Inversión inicial
Casi siempre, empezar a trabajar desde casa significa que los empleados deberán crear un espacio donde poder trabajar con tranquilidad. Eso suele implicar comprar un buen escritorio y una silla cómoda, así como otro tipo de material para trabajar.
2. Poca interacción social
El teletrabajo puede causar una sensación de aislamiento debido a la poca interacción social que hay entre trabajadores. Aunque las TIC acortan esas distancias, no siempre son un sustituto del trato cara a cara.
3. Dificultades para trabajar en equipo
Lo mismo ocurre cuando hay que colaborar con compañeros de trabajo. Las videollamadas y otros programas pueden ayudar, pero suelen crearse malos entendidos.
4. Riesgos de ciberseguridad
Uno de los desafíos de las empresas que usan la modalidad del teletrabajo es adoptar ciertas medidas que eviten las fugas de información y los ataques informáticos.
5. Distracciones en casa
Inevitablemente, en casa tenemos más distracciones que en la oficina. Es allí donde tenemos todo lo que nos gusta y es fácil entretenerse haciendo labores domésticas.
6. Sin separación de vida laboral y personal
Trabajar en el mismo sitio en el que vives y, por lo tanto, pasar prácticamente todo el día encerrado en el mismo lugar puede dar la sensación que pasas el día trabajando y eso puede tener consecuencias perjudiciales para la salud mental.
7. Desmotivación y desasosiego
Sentirse lejano de la empresa, aunque sea solo físicamente, puede causar una pérdida de motivación, algo que tendrá un impacto directo sobre el rendimiento del trabajador.
¿Cómo empezar a teletrabajar?
Listamos los 10 pasos a seguir para implementar el teletrabajo:
1. Entender el marco legal
Para empezar, es imprescindible entender el marco legal en el que nos vamos a mover. En España, por ejemplo, existe la ley del teletrabajo, que marca los derechos de los trabajadores que optan por esta modalidad. También establece los deberes que tiene la empresa y que servirán de guía para implementar el trabajo remoto.
2. Definir los objetivos
A la hora de implementar el teletrabajo, es imprescindible tener claro también qué se quiere conseguir con él. Tener unos objetivos bien establecidos te permitirán saber cuántos empleados requieres, qué necesitas de ellos y cómo les ayudarás a que los consigan. Es también una buena manera de saber cuantificar su rendimiento.
3. Contratar trabajadores y clientes
Es momento ahora de conseguir mano de obra a quien puedas contratar utilizando la modalidad del teletrabajo. El trabajo remoto te da la flexibilidad de trabajar con talento desde cualquier punto del mundo. Aprovéchalo. Por otro lado, si eres autónomo, a estas alturas tendrás que empezar a encontrar clientes a los que ofrecer tus servicios.
4. Establecer los canales de comunicación
El teletrabajo es posible gracias a las TIC, es decir, esas tecnologías de comunicación modernas que permiten mantener el contacto desde la distancia. Es importante que definas cómo vas a comunicarte con tus empleados o colegas tanto de forma diaria (a través de un chat o del correo, por ejemplo) como para reuniones (servicio de videollamadas).
5. Planificar la gestión diaria
Asimismo, toda empresa que decida ofrecer el teletrabajo deberá tener una idea clara de cómo va a desarrollarse una jornada laboral típica. ¿Va a haber reuniones semanales? ¿Quién supervisará el trabajo de cada empleado? ¿Cómo va a comprobarse si se consiguen los objetivos? ¿Habrá que fichar al empezar y al terminar de trabajar?
6. Establecer herramientas de control
Trabajar desde casa no es una excusa para no controlar el rendimiento de tus trabajadores. Quizás no puedas hacerlo cara a cara, pero existen herramientas de gestión y control para hacer un seguimiento de sus trabajo. También te permitirán controlar sus horarios y establecer un protocolo para todas las circunstancias.
7. Facilitar el equipo necesario
No importa el tamaño de tu equipo. Si esperas de tus trabajadores que cumplan unos objetivos, debes facilitarles las herramientas que les permita hacerlo como si estuvieran en una oficina. Eso significa asegurarse, por ejemplo, de que tienen un ordenador con conexión a Internet, un escritorio con silla ergonómica o un teléfono de empresa.
8. Mejorar la seguridad cibernética
La seguridad cibernética es un tema que preocupa (o debería preocupar) a todas las empresas, pues el riesgo de filtraciones de información puede poner en peligro su negocio. Debería ser así también en aquellas que apuesten por el teletrabajo y es importante invertir en software para proteger los dispositivos de los teletrabajadores.
9. Formar a los empleados
No puedes dar por echo que tus empleados sepan manejar las nuevas herramientas que tendrán que usar a partir de ahora cuando empiecen a trabajar desde casa. Incluso para nuevas contrataciones, es oportuno hacer un curso para asegurarte de que puedan teletrabajar al máximo de sus posibilidades.
10. Hacer una supervisión periódica
Una vez establecida la modalidad del teletrabajo, habrá que hacer un control de cómo está funcionando. Esta valoración permitirá ver en qué está fallando y qué cosas se están haciendo bien, lo que nos dará las bases para mejorar y que tanto empleados como empresa estén satisfechos con esta forma de trabajar.
No es ninguna sorpresa: la pandemia impulsó el teletrabajo en España, donde ya son casi los 3 millones los empleados que trabajan desde la distancia. En un año, esta modalidad incremento en un 74,2 %, lo que significa que fueron muchas las empresas que se adaptaron para que teletrabajar fuera una posibilidad para sus trabajadores.
Estamos ante una cifra récord, ¿pero qué significa eso de cara al futuro? ¿Ha sido solo una moda pasajera o el teletrabajo ha llegado para quedarse? España es uno de los países de la Unión Europea donde, pese a estos números, sigue habiendo un porcentaje bajo de teletrabajadores. En Suecia y Holanda, la cifra supera el 40 % de ocupación.
El informe Nuevas formas de trabajar. Reflexiones sobre el futuro, elaborado por Boston Consulting Group y enClave de Personas, ha querido echar una vista a lo que está por venir e ha intentado responder a la pregunta de cómo será el empleo en 2025. El concepto de trabajo ha cambiado con la pandemia y claramente afectará su futuro.
Según dicho informe, 6 de cada 10 empresas prevén que sus empleados trabajarán como mínimo dos días desde casa en 2025. De esta forma, el futuro laboral del 65 % de las empresas consultadas pasaría por establecer una modalidad de trabajo híbrida en la que se combinarían dos o tres días de trabajo en la oficina y dos o tres días de teletrabajo.
Los responsables del estudio concluyen que, mientras que un 10 % de compañías exigirían que el teletrabajo se mantuviera lo más limitado posible, hasta un 25 % vería bien que sus trabajadores se acogieran a él incluso yendo a la oficina solo una vez a la semana. Las semanas laborales de 4 días, por otro lado, serían casi un hecho en 2025.
Lo que sí parece dejar claro esta investigación es que el trabajo del futuro será aún más flexible que ahora. No todos los directivos parecen estar de acuerdo con esta fórmula, pero un 94 % de los empleados esperan que sus empresas flexibilicen su horario laboral.
Preguntas frecuentes
¿Qué dice la ley del teletrabajo en España?
La ley del teletrabajo española no establece la obligatoriedad del teletrabajo, sino que regula su práctica. Así, la define como aquella actividad que se realiza fuera de las oficinas, equivalente al 30 % de la jornada durante un periodo mínimo de tres meses. La ley exige la flexibilidad horaria y la desconexión, y se aseguran los derechos de los teletrabajadores, que son los mismos que los que trabajan presencialmente.
¿Quién puede acogerse al teletrabajo?
La posibilidad de poder acogerse o no al teletrabajo depende de múltiples factores. En primer lugar, deberá permitírtelo la propia naturaleza de tu trabajo y habrá que determinar si tu presencialidad es o no imprescindible. También dependerá de si es una modalidad de trabajo que la empresa para la que trabajas contempla.
¿Es el teletrabajo una buena opción para mi empresa?
El teletrabajo tiene muchas ventajas para una empresa, como el no tener que invertir en infraestructuras, poder contratar talento de todo el mundo y una mayor satisfacción en el trabajo por parte de los empleados. No obstante, no será una buena opción si se requiere de su presencialidad, como por ejemplo en una fábrica o en un restaurante.
¿Cómo se desarrolla el teletrabajo?
Para trabajar remotamente con éxito, es necesario mantener la misma rutina que seguirías de ir cada día a la oficina. Aprovecha la mañana para avanzar el máximo de trabajo, pues suelen ser las horas más productivas. Márcate objetivos para cumplir cada día, evita las distracciones, comunícate con tus compañeros y siéntate motivado.
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